El Bacillus Thuringiensis es una bacteria que existe de forma natural en el suelo, la cual fue aislada y reproducida sistemáticamente a partir del año 1913. Esta bacteria posee la capacidad de eliminar las larvas de diversos insectos que afectan el cultivo de Cannabis, entre ellos los trips, los minadores de hojas y las moscas blancas. La bacteria Bacillus thuringiensi es de fácil propagación y su uso en la actualidad se efectúa mediante formulaciones en polvo o en soluciones acuosas para disolución.
Esta bacteria se conoce comercialmente con la abreviatura de Bt y fue uno de los primeros plaguicidas en comercializarse a comienzos del siglo XX. Durante esta época obtuvo un amplio reconocimiento entre los agricultores, los cuales utilizaban la bacteria para contrarrestar y eliminar las plagas de lagarta (larvas de lepidópteros). Al transcurrir la Segunda Guerra Mundial el avance tecnológico y el desarrollo de nuevos productos trajo al mercado los nuevos plaguicidas sintéticos. Estos ofrecían cualidades sorprendentes, pero sin enfocarse en los graves problemas que ocasionaban al medioambiente.
Los plaguicidas sintéticos eliminaban de forma eficiente todas las plagas que pudiesen azotar los cultivos, sin embargo, a su paso eliminaban todo tipo de colonias de insectos esenciales en el funcionamiento de los ecosistemas. Este grave daño al medioambiente ha tratado de reducirse con el paso del tiempo mediante nuevos desarrollos de plaguicidas, pero hasta hoy en día no se ha lanzado al mercado un plaguicida sintético que aporte una solución eficiente.
Este conjunto de problemas trajo de vuelta y con mucha más fuerza los insecticidas biológicos de Bt. La toxina natural del Bacillus Thuringiensis cumple su función solo en el tracto digestivo de plagas en estado larvario, siendo totalmente inofensivas para otras especies de insectos. El efecto del Bt es de corta duración y si su toxina no es ingerida por una larva, esta en pocos días se vuelve inerte.
El Bacillus Thuringiensis ofrece ventajas inigualables para el cuidado del medioambiente. Su toxina es bastante letal para las larvas de insectos que afectan los cultivos de plantas, y a su vez es inofensiva para los ecosistemas. Este insecticida biológico ofrece la oportunidad de obtener cultivos orgánicos libres de cualquier químico perjudicial.
Los productos fabricados con bacterias Bacillus Thuringiensis se administran luego de la aparición o presencia de una primera larva. Como consejo particular, si cultivas plantas de Cannabis, adquiere con anticipación tu insecticida biológico y cuida constantemente de la aparición de alguna larva. De esta manera, cultivarás plantas sanas, totalmente orgánicas y ecológicas.